Enfermera que se desempeñó en la Guerra de Malvinas.
FUNDAMENTOS
HONORABLE CAMARA:
El 25 de agosto de 2022, alumnos de 5to año, 1ra y 3ra división de la escuela secundaria 4-069 «Alfonsina Storni» del departamento de Maipú, presentaron, en simulación de tratamiento en el recinto legislativo el siguiente Proyecto de Ley: «Recuperación de Memorias olvidadas de Mujeres Mendocinas De Malvinas».
En ese contexto, propusieron denominar al Centro de Salud 199, del distrito de Luzuriaga departamento de Maipú, con el nombre «Enfermera en la Guerra de Malvinas Marisa Peiró», como forma de reconocer la importante participación de las mujeres en el conflicto bélico ocurrido en Malvinas, desde abril a junio de 1982.
Con este proyecto de ley buscamos dar protagonismo y visibilidad pública a aquellas mujeres de nuestra provincia que participaron activamente en la Guerra de Malvinas, independientemente de la labor efectuada, y el destino desde donde prestaron servicios.
Pretendemos honrar la Declaración de los Derechos Humanos, en cuanto reafirma la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Hay, probablemente, un ideario colectivo que cree que las mujeres no participaron en la Guerra, cuando hubo muchas que estuvieron y sufrieron los mismos trastornos post traumáticos que los combatientes.
Podemos mencionar a Liliana Colino quien fue la única mujer que atendió heridos en el suelo de Malvinas, pero hay otras mujeres que atendieron heridos en barcos y muchas otras fueron llevadas a Comodoro Rivadavia para desarrollar tareas como enfermeras y auxiliares de cirujía, que cumplieron con coraje, entereza y templanza. Estuvieron en la Fuerza Aérea, en la Marina Mercante y en la Armada Argentina. Algunas tenían 15, 16 o 17 años en su momento y eran aspirantes a enfermería. Fueron de gran sostén psicológico para esos heridos que relataban sus vivencias personales, sus padecimientos y dolores. Hubo en ellas la necesidad de abrigar a los heridos como si fueran sus madres. Las que prestaban servicios en la Fuerza Aérea recuerdan que cuando se abrían las puertas de los aviones Hércules y bajaban las camillas, no había un solo soldado que no pidiera por su madre. Era en esos momentos en que ellas les brindaron “las palabras más inexpertas, lo que salió del corazón de cada una de nosotras», expresó María Graciela Trinchin, otra mujer argentina que fue a colaborar en el ámbito sanitario.
También fue muy importante el apoyo y el vínculo emocional que las trabajadoras construyeron con los soldados. Ellas eran el primer contacto que recibían después de haber estado en la zona del conflicto. La compañía, la contención y la escucha para los soldados argentinos también fue algo que las primeras enfermeras militares argentinas estuvieron dispuestas a brindar. Ellas fueron las que ayudaron a muchos soldados, con las manos lastimadas, a escribir una carta para su familia o leyeron un cuento para obsequiar una bocanada de alegría entre tanto dolor. «Estábamos ahí, por ejemplo, cuando alguno lloraba porque había perdido una pierna», recuerda Marisa, entre tanta tristeza compartida, sólo se volvía algo más liviana al ser compartida. Dieron atención médica, pero también psicológica.
Alicia Panero, autora de “Mujeres Invisibles”, el primer libro que investigó sobre el rol de las mujeres en Malvinas, afirmó: “No sólo fueron madres, abuelas, hermanas, tías, amigas. También hubo protagonistas que fueron silenciadas por la última dictadura militar e invisibilizadas por los sucesivos gobiernos democráticos. Son las mujeres de la guerra de Malvinas, que sufrieron los mismos problemas que los hombres, las pesadillas, el estrés post traumático y el ninguneo, y que 33 años después, de a poco, están empezando a hablar”.
En cuanto a Marisa Alejandra Peiró (58), actualmente vive en Montreal, Canadá. Vivió en el departamento de General Alvear y con apenas 18 años, dejó todo para colaborar con su Patria. Cuando estaba estudiando, estalló la guerra y le tocó recibir a los heridos, como enfermera del Hospital Naval Puerto Belgrano. Marisa ha tenido una vida marcada por el dolor del conflicto bélico. Siempre sueña con volver. Aclara una y otra vez que ni ella, ni sus compañeras, estuvieron en el suelo de Malvinas, pero confiesa que vivieron la guerra con mucho dolor, gritos, angustia y sufrimiento.
Han pasado 40 años y nuestro País sigue sin reconocer plenamente el trabajo que hicieron estas 30 mujeres de las clases 79, 80 y 81 que también pelearon en una guerra, pero internamente lucharon con las heridas, la tristeza y la incomunicación de los soldados con su familia. Sin lugar a dudas son Mujeres de la Guerra de Malvinas, y merecen ser reconocidas como tales.
Muchas de esas mujeres ya no están, pero quedará grabado a fuego su entrega para apoyar a los hombres que dieron su vida por la patria y reivindicar nuestros derechos sobre las Islas Malvinas.
Por los motivos expuestos es que solicito la aprobación del presente proyecto de Ley:
PROYECTO DE LEY
EL SENADO Y CAMARA DE DIPUTADOS DE LA PROVINCIA DE MENDOZA
SANCIONAN CON FUERZA DE L E Y:
Artículo 1: Impóngase el nombre «Marisa Peiró – Enfermera en la Guerra de Malvinas » al Centro de Salud Nro199, del distrito de Luzuriaga, departamento de Maipú.
Artículo 2: De forma.
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