El mismo establece y regula los sistemas de reutilización de aguas grises aplicables a áreas urbanas y rurales.
FUNDAMENTOS
HONORABLE CAMARA:
Durante los últimos 10 años, según datos del Departamento General de Irrigación (DGI), Mendoza atraviesa la peor situación hídrica de los últimos 33 años, con el 30 % menos de agua que el promedio histórico.
Las estadísticas y proyecciones son más que alarmantes, tal como puede deducirse de todas las exposiciones brindadas en la jornada denominada “LA CLIMATOLOGÍA Y LOS RECURSOS HÍDRICOS CORDILLERA CENTRAL PLAN DE ACCIÓN DE USOS 2021/22 EN MENDOZA” realizada el 7 de octubre de 2021 en la Legislatura de Mendoza, cuya grabación puede verse en https://www.youtube.com/watch?v=jwcKUjKmBqE.
La OMS considera que la cantidad adecuada de agua para consumo humano (beber, cocinar, higiene personal y limpieza del hogar) es de 50 litros/habitante/día.
A estas cantidades debe sumarse el aporte necesario para la agricultura, la industria y, por supuesto, la conservación de los ecosistemas acuáticos, fluviales y, en general, dependientes del agua dulce.
Teniendo en cuenta todos estos parámetros, se considera una cantidad mínima de 100 litros por habitante por día.
Partiendo de esa definición, y teniendo en cuenta, entre otras fuentes, el informe denominado “La eficiencia económica del sistema catastral de cobro del agua potable en el Gran Mendoza”, elaborado por Eduardo Alejandro Comellas, del Instituto Nacional del Agua, Centro de Economía, Legislación y Administración del Agua, podemos acceder a algunos datos alarmantes: “La zona urbana de Mendoza es, según la Asociación de Entes Reguladores de Agua y Saneamiento de las Américas –ADERASA– (2010), la localidad donde más agua potable se consume en toda América Latina, es el tercer territorio en orden decreciente en términos de facturación en dólares estadounidenses, pero siendo a su vez dónde más económico resulta potabilizar y llevar el agua hasta los domicilios”.
“Los datos de consumo provistos por AySAM (2017), muestran que la cantidad consumida de agua potable en el Gran Mendoza asciende a 487 litros por habitante por día.”
“… Alrededor del 70% del total del agua potable que se produce para abastecer al Gran Mendoza se pierde. El 79% de este valor es explicado por excesos de consumo, mientras que el restante 21% es atribuible a pérdidas en el sistema de abastecimiento.”
“Para este período, la proporción de agua potable que se produce en exceso como consecuencia de malos hábitos de consumo alcanzó alrededor del 70% del total de agua producida.”
Por su parte, la Fundación AQUAE, informa que en Europa los consumos de agua en litros, por persona, por día son los siguientes:
Austria: 140
Bélgica: 95
Suiza: 140
Grecia: 185
España: 140
Polonia: 100
Francia: 152
Portugal: 175
Alemania: 125
Dinamarca: 104
Promedio: 136
En igual sentido se ha manifestado la Universidad Nacional Autónoma de México, que al estudiar los consumos de países como México, Guatemala, República Dominicana, Brasil y Chile determinó que el promedio es de 135 litros.
Así, en el Gran Mendoza quintuplicamos el consumo establecido por la OMS, y estamos consumiendo un 350% más que el promedio de Europa o varios países de Latinoamérica.
Del informe se desprende una cifra alarmante que ratifica esto: el 70% del agua potable producida en el Gran Mendoza se desperdicia y de ese porcentaje, el 79% corresponde a malos hábitos de consumo.
79% del 70% de desperdicio, equivale a 55,3% del total del agua potable.
Uno de esos malos hábitos de consumo que podemos corregir, es la utilización de agua potable para usos que no requieren agua de calidad potable.
Para esos usos, las aguas grises procedentes de duchas y lavamanos, debidamente tratadas, son una alternativa eficaz y adecuada, por ejemplo, para suministrar a depósitos de inodoro, riego, limpieza, etc.
Con adecuaciones menores en las instalaciones, y aplicando tecnología, se puede reducir hasta un 40% el consumo de agua apta para el consumo humano en nuestros inmuebles.
Las aguas grises, una vez tratadas, tienen múltiples ámbitos de aplicación, tanto en viviendas, hoteles y residencias, polideportivos, edificios industriales, así como en grandes superficies.
El agua es un recurso natural que se vuelve a usar indefinidamente. Se usa para consumirla como agua potable, en la agricultura, en usos industriales y domésticos, luego de estos usos primarios el agua puede ser reusada previamente procesada y limpiada hasta un grado de pureza aceptable, para luego reutilizarla en muchos otros fines.
El agua procedente del uso primario y debidamente tratada se conoce como agua para el reúso. Los usos directos para este tipo de aguas procesadas son varios, como por ejemplo irrigación de áreas verdes, campos de golf, fuentes ornamentales. En la actualidad son muchos los países que aprovechan el reúso y buen manejo del agua inclusive hasta para el consumo humano.
Los sistemas de tratamiento de las aguas grises brutas (antes de ser reutilizadas), pueden ser físicos, fisico- químicos, biológicos e incluso existe la posibilidad de reutilización directa, simplemente con la ayuda de aparatos sencillos para recoger el agua gris y enviarla directamente a los puntos de uso sin tratamiento previo y con ausencia o mínimo almacenaje.
Otros lugares donde tenemos grandes consumos de agua, son las piscinas de uso recreativo y los lavaderos de automóviles.
En el caso de las piscinas, las aguas utilizadas son de tipo potable a las que además se le adicionan químicos para mantener su Ph, transparencia e inocuidad. Esos químicos, en principio dificultan el tratamiento de esas aguas, pero este problema es fácil de resolver.
La solución está en la utilización de ionizadores de cobre, que mantienen al agua libre de micro organismos y algas, reduciendo el consumo de químicos hasta en un 80%.
Lo concreto es que hay soluciones para reducir drásticamente un consumo de agua que es excesivo, en momentos en donde el calentamiento global, producto de los gases de efecto invernadero, está lesionando nuestros glaciares y modificando drásticamente nuestras fuentes de agua.
Las opiniones científicas, técnicas y de los órganos como el Departamento General de Irrigación o el Ente Provincial del Agua y de Saneamiento son concluyentes: ¡TENEMOS QUE ACTUAR!
Lo que está en juego es la vida, ya que, sin el recurso hídrico, nuestra existencia está amenazada.
En virtud de lo expuesto, invito a mis pares a hacer sus aportes y acompañarme con el tratamiento y posterior aprobación del presente proyecto de ley.
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